lunes, 22 de agosto de 2022

Fundación de Zipaquirá

 

Foto de Fernando García. Hacienda El Abra, años 70

A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
La juzgo tan eterna como el agua y el aire. /  Borges

Nuestro presidente, Petro, que vivió en Zipaquirá, dijo estos días de una ciudad, que su fundación no es la fecha que está en los libros de historia y que se repite incesantemente. Recordé, entonces, que para la época de los 500 años de la invasión de América, era algo que se decía. De Zipaquirá se tienen varias fechas que se han tomado y se han celebrado como día de fundación. Que cuando los españoles dijeron que ya no era en lo que hoy llamamos Pueblo viejo, sino abajo, en el plano de Pacaquen, para trazar el damero que usaba la racionalidad europea. ¿Ahi empezó Zipaquirá? ¿Y lo que nos dijeron, entonces, en las piedras del Abra, hace 12000 años? ¿Y aquel que quiso atrapar las eternas golondrinas con su mano, igual que las perseguíamos nosotros, de niños? ¿Y el primer hombre que saboreo el agua salada de la gran laguna? ¿Y ese hombre o esa mujer que vislumbraron la manera de sacar la sal del agua ? ¿Y aquél o aquella que reconocieron el salitre en la falda del cerro, el gran padre? ¿Y los recurrentes viajes para llevar los panes de sal a confines de donde alguien no volvió, pero fue llorado en la montaña? ¿Y acaso, los sueños de la poesía y los atisbos de la ciencia que nunca han cesado en estas tierras? ¿Cuándo nació Zipaquirá? Empecemos a ponerle fecha, para honrar a nuestros antepasados de este lado del Atlántico, que basatante hemos honrado a los otros, por costumbre. Se escuchan propuestas.


 

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